Erase una vez un cumpleaños lleno de dulces y detalles inspirados
en la Cenicienta que cautivaron a esta pequeña princesita y al
resto de sus invitados. Un cumpleaños donde había besos de amor
verdadero, varitas mágicas, ruedas de carruaje y tirabuzones de
malvadas hermanastras que hicieron las delicias de grandes y
pequeños.
Lámparas y candelabros de purpurina
azul para ambientar la mesa dulce en un palacete, y relojes a
punto de dar las doce campanadas.
Un rincón de costura con los
ratoncitos y la malvada madrastra que no nos aguó la fiesta
porque con
tan solo decir las palabras
mágicas "Bibbidi - Bobbidi - Boo" la encantadora hada
madrina cumplió los deseos de nuestra pequeña protagonista.
Nuestra historia llega a su fin
con unos besos de amor verdadero, para que todo cuento o mesa
dulce tengan un final feliz.
Nos sentimos como la hada
madrina de Marina al hacer realidad uno de sus sueños,
sentirse como Cenicienta por un dia.
No quería terminar éste post sin enseñaros también la invitación
con la que nuestra pequeña Cenicienta Marina reunió a todas las
princesitas de los reinos cercanos para que la acompañaran en
ese hermoso día.
Espero que os haya gustado, creaturillas del reino, hasta pronto.
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